Historia del Archivo

Historia del Archivo

La historia del ARV está íntimamente ligada a la historia de las instituciones valencianas. Instituciones que lo largo del tiempo recogieron la documentación que generaban y que, en diferente medida, conformarían los fondos que en la actualidad constituyen una de las mejores muestras de nuestro Patrimonio documental y un punto de referencia único para la investigación histórica de nuestra Comunidad.

Aunque con anterioridad existía ya un archivo en el Palacio del Real de Valencia, fue Alfonso V el Magnánimo quien, en las Cortes celebradas durante 1419, fundó nuevamente el archivo real, al disponer que todos los procesos de Cortes, los registros de la Cancillería y los procesos de la Audiencia Real relativos al Reino de Valencia o a valencianos, se copiaran en libros-registros separados de los generales de la Corona de Aragón, y se guardaran en el Palacio Real. En estas mismas cortes se creó el cargo de Maestre Racional del Reino, cuyas cuentas revisadas debían conservarse también en el Palacio. El Archivo del Real constituirá el núcleo originario del Archivo General del Reino de Valencia.

En 1707, suprimida la vigencia de los fueros valencianos a consecuencia del apoyo del reino al candidato austríaco, desaparecieron también las más importantes instituciones de gobierno autóctono del reino de Valencia, que habían dado origen a los archivos que hoy se custodian en el Archivo del Reino de Valencia (el Virrey, el Consejo y Real Audiencia, la Bailía General, el Maestre Racional, la Gobernación, la Diputación del General, los Justicias). En algunos casos, al asumir sus competencias la Corona, su documentación fue también incautada por el monarca. Así ocurrió con los archivos de la Diputación del General del reino y de los Justicias de la ciudad de Valencia.

En 1716, Felipe V ordenó agrupar en un sólo archivo general la documentación del Real Patrimonio, la Chancillería y la Superintendencia, nombrando como archivero general a Luis Vicente Royo.

Sin embargo, la idea de reagrupar los archivos reales dispersos y constituir un único depósito real y general no pasó de ser un proyecto.

En 1758, ante el estado de desidia, abandono y deficiente conservación de los archivos, Fernando VI creará el Archivo General del Reino de Valencia, disponiendo que los seis archivos propiedad de la Corona (los del Real, Bailía General, Justicia Civil, Diputación, Gobernación y Justicia de Trescientos sueldos) pudieran reunirse en un mismo edificio. Pero otra vez el intento no llega a hacerse realidad y los archivos de la Corona continuarán en edificios separados, con los consiguientes problemas de custodia y conservación, unido a la dispersión y mal acondicionamiento de los depósitos.

De nuevo en 1770 se abordó la cuestión. Carlos III asignó la Casa Profesa de los Jesuitas, incautada por la Corona a raíz de su expulsión, como sede del Archivo General. Sin embargo, habrá que esperar hasta 1810 - en que es demolido el Palacio Real por considerarse un peligro para la defensa de la ciudad, amenazada por las tropas francesas del mariscal Suchet - para que se produzca el traslado forzoso del Archivo del Real custodiado en el Palacio a la Casa Profesa de la Compañía de Jesús.

Como ya hemos indicado, dicho Archivo del Real constituirá el núcleo del Archivo Real y General del Reino de Valencia. Posteriormente, en 1859, ingresaran los archivos de la Gobernación y de los Justicias y en 1868 serán incorporados los fondos de la Bailía. Cada archivo ingresado se convertirá en una sección correspondiente del Archivo del Reino de Valencia.

A finales del siglo XIX, ingresarán los fondos documentales de las instituciones eclesiásticas de la provincia de Valencia incautados por el Estado a raíz de la Desamortización. Ya en 1874, la Delegación de Hacienda de Valencia había efectuado un primer ingreso de archivos eclesiásticos en el Archivo General, pero en 1897 comenzaron a ser enviados al Archivo Histórico Nacional. Gracias a la mediación de la sociedad cultural Lo Rat Penat, en 1904 la Delegación de Hacienda de Valencia depositó en el Archivo del Reino de Valencia la documentación de Clero regular y secular que aún permanecía en sus dependencias. En 1889, se incorporará el archivo del Gremio de Maestros Zapateros.

En 1926, la Audiencia Territorial remitió los libros del Real Acuerdo y en 1936 hizo lo mismo con los pleitos de las Escribanías de Cámara, la serie de registros y los índices notariales, series procedentes de la antigua Real Audiencia o Chancillería de época borbónica. Desde esa fecha, y hasta nuestros días, el Archivo del Reino de Valencia ha ido enriqueciendo constantemente sus fondos.

En 1965 fue inaugurada la nueva y actual sede del Archivo, ante las condiciones precarias y poco óptimas que ofrecía la Casa Profesa como depósito archivístico. El edificio consta de dos cuerpos; uno de ellos, con sala de lectura, oficinas, salón de actos y sala de exposiciones, laboratorios de restauración y fotografía; el otro, es una torre con 10 plantas para depósito de documentación, cuya capacidad aproximada actual es de 15.000 metros lineales de estantería.

El decreto 914/1969, de 8 de mayo, de creación del Archivo General de la Administración civil asignó al Archivo del Reino de Valencia la misión de archivo intermedio respecto de los servicios provinciales de la Administración central. A partir de entonces, se incrementaron los ingresos de fondos documentales estatales de carácter predominantemente administrativo y de ámbito provincial.

En 1985, el Estado transfirió a la Generalitat Valenciana la gestión del Arxiu del Regne de València, aunque conserva la titularidad de los fondos documentales y del edificio. A partir de 1983, ingresaron los archivos de los servicios y delegaciones del Estado en la provincia de Valencia, cuyas competencias fueron transferidas a la Generalitat Valenciana.

En conclusión seis siglos de nuestra historia albergados en este Archivo que, en estos momentos al comienzo de su séptima centuria, merecen y necesitan una nueva aproximación a la gestión de sus fondos y sobre todo a los servicios que podemos y debemos ofrecer a nuestra Comunidad.

La Generalitat Valenciana junto con el Ministerio de Cultura, recientemente han acometido dos grandes niveles de actuación respecto a las condiciones e instalaciones del ARV. En primer lugar respecto a las condiciones físicas del edificio, habiéndose realizado recientemente una remodelación integral del interior y exterior del edificio, y en segundo lugar respecto a la gestión del sistema de información que debe proporcionar un acceso ágil y adecuado a los fondos que custodiamos. En este sentido nuestro Archivo ha iniciado la informatización de las bases de datos que conforman las descripciones de sus fondos, así como un ambicioso proyecto de digitalización de la documentación que conforma nuestro patrimonio documental más valioso y/o consultado.

El objetivo que nos proponemos alcanzar es poner a disposición de la sociedad valenciana en general y de la comunidad científica en particular todo el patrimonio que custodiamos y que estamos obligados a difundir, dotando al ARV de los medios materiales necesarios que incorporen a esta institución al presente, a los últimos medios de difusión de la información, a sus circuitos y por lo tanto a los resultados que la gestión de este conocimiento proporcione.