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Hoguera de la Virgen de Loreto

IGPCV
46.254-9998-000003
Denominació
Hoguera de la Virgen de Loreto
Municipi
VENTA DEL MORO
Comarca
LA PLANA DE UTIEL-REQUENA
Província
València
Àmbit
Creences, rituals festius i altres practiques cerimonials
Datos de protección del inmaterial
Secció
Quinta
Classificació
Béns immaterials 5ª
Dades de Declaració
Tipus de Protecció
Incoación BIRL GVA
Data Signatura Acte
17/05/21
Data Publicació DOGV
25/05/21 Vore DOGV
Tipus de Protecció
Declaración BIRL GVA
Data Signatura Acte
17/05/21
Data Publicació DOGV
25/05/21 Vore DOGV

És una gran foguera confeccionada des que es conserva memòria en la vespra de la festivitat local de la Mare de Déu de Loreto, el 9 de desembre, sense acomodar-se el ritu a les dates que puguen marcar els caps de setmana. Disposa d¿un guió no escrit, interioritzat per la comunitat veïnal, que es compleix amb puntualitat i rigor: a les nou del matí s¿ajunten en un bar de la localitat per a esmorzar tots aquells veïns i gent propera que es disposen a confeccionar la foguera. Finalitzat l¿esmorzar, tots els participants (superen el centenar), es dirigeixen amb tractors (una vintena) cap al lloc senyalitzat prèviament pels agents forestals per a dur a terme la tala selectiva de pins blancs. Con un ejemplar rigor laboral y de armonía vecinal, que no consiente bromas en esta fase del rito ante su posible peligrosidad, se divide a los hombres en tres grupos. Los más experimentados cortan los pinos con motosierras y limpian las ramas con el auxilio de hacha, otros trasladan la leña al tractor; y un tercer grupo se dedica a organizar la madera dentro del remolque para conseguir una carga completa y correcta. Los troncos mayores, que son portados entre varios hombres, se depositan en el fondo del remolque y a medida que se asciende en altura se va rematando con leña de menor calibre y más vistosa, dejando los ramajes y acículas de los pinos para que pendan hacia el exterior del remolque. Con dos o tres horas de dedicación y gracias a la masiva participación vecinal los pinos y leñas son cortados y arreglados una veintena o más de remolques. Muchos venturreños esperan en la entrada de la población el triunfal y emocionante desfile cuesta arriba de los remolques cargados con toda la leña, que se presenta muy bien organizada hasta el colmo de su capacidad. Cuando la comitiva entra en el pueblo, tras las paradas de rigor para recuperar fuerzas con coplas, cafés, bebidas y chanzas, entre las cuatro y las cinco de la tarde, se procede a la confección de la hoguera en la plaza de la iglesia, un acto que gran parte de la población espera expectante. Los tractores, de uno en uno, van descargando la madera, mientras una máquina de pala excavadora la va apilando y arreglando con maestría. Culminado el proceso, los vecinos que rodean el monumento de la pira aprovechan para hacerse fotografías con sus familiares y amigos, mientras se reparten los pasteles comprados en el horno de la localidad mediante la recolecta voluntaria de donativos entre los participantes. Es costumbre singular y antigua catar el vino de Venta del Moro por ser una comarca especializada en la producción vitivinícola. A las siete de la tarde, se procede al acto denominado «pegar chista» con el cual se procede al encendido de la hoguera comunal ante una muchedumbre. La comitiva de autoridades, reinas y sus cortes de honor, contando con el acompañamiento de la Unión Musical de Venta del Moro, salen del Ayuntamiento y se dirigen a la plaza de la iglesia, donde la reina de las fiestas de ese año prende la hoguera. El encendido se inicia con una traca previamente dispuesta por un pirotécnico entorno a la pira. Casi de inmediato surgen enormes llamas, el ruido del crepitar es intenso, las gentes se apartan ante el calor que desprende la hoguera, mientras se reparte vino con algún acompañante alimenticio y empiezan a sonar a rebato las campanas percutidas mediante el volteo manual de los vecinos. El ambiente comunitario y multitudinario que se genera en torno al encendido de la hoguera acentúa los lazos de la vecindad en esta ineludible cita anual vinculada a las fiestas patronales. Según las circunstancias atmosféricas, y en especial la circulación del viento en esos días, la hoguera puede tardar en consumirse uno, dos y hasta tres días, pero esa misma noche del encendido grupos de vecinos van retirando ascuas y asando embutido de la tierra a su alrededor hasta el alba.